El viernes 25 de noviembre, José María Gómez Gras se pasó por nuestra aula de Ecommaster para dar su segunda sesión referente al módulo de “Gestión directiva y dirección estratégica”. Como no podía ser de otro modo, su clase resultó más que interesante y hoy os voy a resumir tres aspectos de ella que creo que resultan esenciales a la hora de emprendernos en cualquier proyecto, como son la ventaja comparativa, el Lean Start Up y la planificación estratégica.
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ToggleVentaja comparativa
La ventaja comparativa puede ser el elemento que suponga que nuestros proyectos funcionen o no.
Por ventaja comparativa se entiende a aquella habilidad, recurso, conocimiento, atributo (o cualquier otra cosa) que dispone una organización y de los que carecen los competidores o tienen en menor medida, haciendo posible una mayor obtención de rendimientos que la competencia. No obstante, que exista una ventaja comparativa no implica la capacidad ni la predisposición para explotarla.
Una ventaja comparativa puede surgir porque nuestros a nuestros productos se les atribuyen un valor superior que a los de nuestra competencia (tanto porque tenemos un mejor producto, o estamos solos en un nicho o nuestra tecnología es mejor, haciendo referencia al Trinomio P-M-T). Algunos ejemplos de ello son: una mejor distribución, un diseño más atractivo, mejor calidad o incluso que el consumidor aprecie nuestro producto/marca más que a la competencia.
Pero también una ventaja comparativa puede ser tener unos costes relativos más bajos, por cualquier motivo. No obstante, puede decirse que esta ventaja comparativa es poco provechosa, ya que habrá un punto en que los costes no podrán bajar más, o que quizá los otros competidores consigan reducir los suyos.
En resumen, la ventaja comparativa es aquello (método de producción, marca, distribución, etc.) que solamente tiene nuestra empresa y que nuestra competencia carece.
Lean Start Up
Falla rápido y barato. Así es como se explica la filosofía de la Lean Start Up. Es muy difícil entender esto, ya que todo el mundo quiere triunfar rápido. Pero pensémoslo un segundo: tenemos un producto que creemos que puede ser un éxito y queremos lanzarlo al mercado. Estamos durante un año preparando nuestra salida al mercado, comprando almacenes, produciendo, haciendo publicidad.., gastándonos una pasta, vamos. Y resulta que cuando lanzamos el producto no le gusta a nadie, lo que se traduce en unas pérdidas importantes. Bajo el supuesto de que de ninguna manera nuestro producto hubiera triunfado, ¿no hubiera salido más rentable producir solo lo justo, tener nuestra casa como almacén, y sacar el producto lo más pronto posible? La respuesta es clara.
Pero fracasar no tiene que traducirse en todos los casos en abandonar nuestra idea. A lo mejor simplemente con variar un poco nuestra Producto, nuestro Mercado o nuestra Tecnología puede suponer el cambio que necesitamos. De eso se trata, de pivotar y volver a lanzarse al mercado rápidamente.
En lugar de crear clientes debemos descubrirlos y validar con ellos nuestro producto y nuestras hipótesis. Y si todo va bien, empezar a crecer y a escalar a partir de ahí.
Para ello se sigue la premisa del MVP (minimun viable product), que se puede interpretar como la primera versión de un producto o servicio que sirve para testear si es viable o no, con la finalidad de obtener una gran cantidad de aprendizaje con el mínimo esfuerzo y la máxima rapidez y evitar así lanzar un producto o servicio que nadie quiera.
Planificación estratégica
En palabras de Steven C. Brandt, la planificación estratégica es una actividad directiva centrada en poner en contacto con un calendario idóneo a las personas adecuadas con la información oportuna, para tomar las decisiones que comprometen recursos y personas más allá de las operaciones corrientes y que se refieren al posicionamiento de la organización en su entorno. ¿Pero cómo podemos elaborar una estrategia empresarial adecuada? Si se me permite la licencia, adjunto a continuación una diapositiva de la clase de José María Gómez Gras que resume muy bien que debemos establecer:
Por otro lado, existen algunas estrategias competitivas genéricas que forman parte también de la planificación estratégica:
- Coste global mínimo o volumen: economías de escala/aprendizaje; fuerte infraestructura/inversión; organización.
- De diferenciación: se da un servicio percibido “especial” por el usuario; se cobra en consonancia a la percepción.
- Especialización o segmentación: centrarse en algo único, inédito, nuevo; trabajar en un área geográfica virgen.
- Es necesario entender también que una buena estrategia debe estar muy bien enfocada en el objetivo propuesto, divergente (para que nuestra empresa se puede diferenciar con mayor facilidad) y con un mensaje claro, auténtico y fácil de comunicar.
Conclusiones
Tras las dos sesiones con José María Gómez Gras, creo que todos los alumnos pensamos de forma diferente (tal y como dije en mi primer post). De estar centrados en la viabilidad de nuestros proyectos y pensar directamente en el éxito, ahora nos centramos más en nuestros posibles clientes, y cómo podemos amoldar nuestra idea y/o productos para que primero les gusten a ellos y a partir de ese punto podamos seguir creciendo.
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Este artículo está escrito por el equipo de Ecommaster, primera escuela de comercio electrónico, creada en 2010.