¡Muy buenas a todos!
Me presento, mi nombre es Siméon Domenech y seguramente os aburráis de leerme este año. Como Alumni que soy (hecho de lo que estoy la mar de contento) mi misión en este blog será comentaros las clases que demos en la versión presencial del Máster de Marketing Digital y Ecommerce y, por supuesto, despertaros aún más si cabe el gusanillo por este mundillo.
La clase del viernes pasado, ofrecida por José María Gómez Gras fue, además de divertida y amena, una especie de revelación (al menos así la entiendo yo). Creo que no me equivoco al decir que muchos alumnos al empezar el Máster, podemos tener una ligera idea de qué hacer de cara al Proyecto de Fin de Máster, pero seguramente no tenemos perfilada la idea final. Pues bien, gracias a la ponencia de José María, sabemos cuál es el camino para conseguirla. Pero no adelantemos acontecimientos, empecemos desde el principio.
Si hubiera que dividir la clase en tres apartados podría decirse que fueron los siguientes:
– La empresa y el empresario
– La gestión directiva y la importancia del empresario
– El análisis estratégico y el “design thinking”
Índice de contenidos
ToggleLa empresa y el empresario
En primer lugar resulta necesario recordar que cualquier e-commerce es (además de lo que nosotros queramos que sea), una empresa. Por tanto, debemos de entender que nuestra empresa es muchas cosas, además de solamente un mecanismo para ganar dinero. Así pues, y citando los apuntes de José María, una empresa es todo esto:
Unidad de producción (productividad en el sentido de que genera utilidad y genera valor):
o Combina factores para producir
o Está organizada (por un empresario)
Unidad de decisión:
o Tienen objetivos y planes para cumplirlos (función de planificación y control)
o Estos objetivos marcan las funciones de la estructura
o Asume riesgos: económicos, técnicos y sociales
Unidad financiera:
o Tiene la propiedad de los medios de producción
o Consume recursos financiares (la unidad de producción financiera es el propio dinero en sí).
Organización y comunidad de intereses:
o Existe un conjunto de relaciones formales e informales
o Manda la organización sobre el individuo
o Debe permitir lograr los objetivos de todos sus miembros (Directivos, propietarios y trabajadores)
Realidad social:
o Creación empleo
o Generación de riqueza y valor añadido
o Canalización de la renta
La gestión directiva y la importancia del empresario
¿Mucha cosa verdad?, pero no solamente se debe tener en consideración esto, sino que además, nosotros también somos empresarios y más importante aún, somos directivos (al menos al principio de nuestra actividad). Como directivos (y esto se puede extrapolar a cualquier empresa), tenemos una serie de obligaciones y tareas que debemos cumplir:
Funciones administrativas:
o Administración: proceso global de toma de decisiones para alcanzar objetivos fijados, cuyas fases son: Planificación, Organización, Dirección y Control (procurando utilizar eficientemente los recursos disponibles y coordinando a todos sus integrantes para lograr unas metas supraindividuales). Todas estas fases están encadenadas y relacionadas entre sí.
Planificación:
o Proceso racional de toma de decisiones
o Buscar un puente entre una situación real y deseada
o Preguntarse el cómo, el qué, el cuándo, el por qué, etc…
Organización:
o Dotar a la empresa de una estructura para que pueda conseguir los objetivos
o Dirección del comportamiento humano
o Influir en las personas para orientar el comportamiento a la consecución de objetivos
o Mediante el carisma, el liderazgo y la motivación
Control:
o Complementara a la planificación
o Acciones correctoras sobre desviaciones de los objetivos
Pero además, debemos asumir unos roles (comportamientos) para garantizar el buen funcionamiento de nuestra empresa, que se clasifican como interpersonales, informativos y decisionales. En resumidas cuentas, como líderes (tanto si trabajamos solos o en equipo), debemos ser capaces de PLANIFICAR, INICIAR, CONTROLAR, APORTAR, INFORMAR y EVALUAR.
El entorno y el análisis estratégico
Todo esto está muy bien y resulta muy interesante, pero, ¿solamente con eso podemos ser conseguir que nuestro negocio triunfe? Claro que no. Como un “ente” que vive en un entorno, la empresa necesita siempre vigilarlo, ya que al igual que puede influenciar en éste, el entorno también puede influenciar en la empresa.
Es innegable que vivimos en un mundo globalizado dónde cada agente ha evolucionado (empresas, organizaciones, familias, instituciones etc.). Este “mundo”, también es conocido como el entorno en el que actúa la empresa. No obstante, existen diferentes clasificaciones de entornos, entre las que destacan el ámbito en el que actúa la empresa (entorno nacional, extranjero e internacional, el entorno general (como coyunturas políticas, tipos de cambio) y el entorno sectorial (todo que aquella que afecta a la empresa dentro de su sector).
Y en esta marabunta de elementos, está nuestra empresa, la cual es necesario que se posicione en el mercado. Para ello, nos podemos hacer las siguientes preguntas:
¿En qué tipo de negocio estamos y qué necesidades satisfacemos? (no es decir que en qué sector estamos, sino qué queremos hacer dentro de él)
¿Qué productos o servicios ofertamos? (cuáles son los principales)
¿Cuál es nuestra razón de ser? (a qué nos dedicamos verdaderamente)
¿Cuáles son los principales mercados y a que otros debíamos dirigirnos?
¿Quiénes son los principales intermediarios para alcanzarlos?
¿Qué es diferente en nuestro sector comparado desde 5-10 años?
¿Cómo hemos evolucionado para responder a esos cambios?
¿Qué debería ser diferente en la empresa para adecuarse al futuro?
¿Y ahora qué?
Una vez tenemos claro todo lo anterior, ¿podemos ya ir a saco con nuestra empresa? Bueno, se puede intentar, pero antes resulta necesario pensar más allá. Y para pensar más allá es necesario tener en cuenta dos cosas muy importantes:
– Conseguir un modelo de negocio escalable
– El “design thinking” y el Trinomio P-M-T
Por modelos de negocios escalables se entienden a propuestas de valor con potencial de crecimiento (incluso internacional) de los beneficios, como consecuencia de multiplicar los ingresos y sin aumentar en proporción los gastos o reinvertir en infraestructuras adicionales.
¿Y cómo se consigue esto? Mediante el “design thinking” y el Trinomio P-M-T
El “design thinking” es una herramienta poderosa para desarrollar proyectos, no solo de diseño, de productos o servicios. Se da vida a algo nuevo: P/S, proceso, campaña, marca, etc. Y lograr resultados con una visión centrada en “usuarios”. Son una posibilidad de ideas que no suelen ser exploradas dentro del pensamiento lógico tradicional. Además, aplica interacción colaborativa e interdisciplinar con creativos/innovadores diversos y combina los deseos de los usuarios (utilidad, funcionalidad, necesidad, uso diferenciación, concreción) con la tecnología (factibilidad).
Este concepto está muy unido al Trinomio P-M-T, el cual se indica Producto, Mercado y Tecnología. Gracias al “design thinking”, podremos ser capaces de realizar innovaciones en cualquiera de estos tres apartados que facilitarán a nuestra empresa conseguir un modelo de negocio escalable.
Conclusiones
Bueno, si habéis conseguido llegar hasta aquí, ¡os felicito! A pesar de que a primera vista, todo lo relacionado con la economía más teórica puede echarnos para atrás, resulta esencial comprender las bases de cómo funciona la empresa en su entorno para poder embarcarnos en nuestro proyecto con muchas más posibilidades de éxito.
¡Un placer, y nos vemos en el siguiente post!
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Este artículo está escrito por el equipo de Ecommaster, primera escuela de comercio electrónico, creada en 2010.